Este blog va de libros y lecturas

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sábado, 16 de febrero de 2013

El hombre que plantaba árboles




Esta es la maravillosa historia de Elzeard Bouffier, un pastor imaginario, aunque totalmente creíble, que durante muchos años se dedicó a plantar árboles en una extensa zona de Provenza y convirtió en una tierra lenna de vida y de verdor lo que antes era un erial desolado. El relato del autor se inicia en 1913, época en que conoce al pastor solitario que plantaba árboles, y termina en esa misma comarca más de treinta años después, cuando la visita después de la guerra y la encuentra convertida en un vergel. Este hermoso relato de Jean Giono, uno de los mayores escritores franceses del siglo XX, encierra un vigoroso mensaje contra la destrucción de la vida y es un canto, sobrio y austero, a la armonía mediante la cual los seres humanos conservan y enriquecen la tierra en la que coexisten con los animales, unos y otros enriquecidos a su vez por el silencioso aunque sensible reino vegetal.

Aquí les dejo el trabajo de animación del cuento que he encontrado en youtube. Es simplemente hermoso ¡ Véanlo en familia!

http://youtu.be/fkmLrNmhLeU

6 comentarios:

Daniela dijo...

Hay ocasiones, como esta, en las que en lo pequeño cabe lo infinito.
Pocas y simples palabras tiene este libro y su mensaje es tan grande que podría contener volúmenes de análisis y opinión.
Nos lleva a una reflexión,más allá del cuidado del medio ambiente, que si bien es un tema importante, no es el único.
La tarea de vida, aquella que empuja a la existencia a realizar una obra de carácter imperecedero, aquella obra que pocos encuentran, que muchos abandonan, es el punto que el autor nos oculta tras la aparente simpleza de la vida de Eleazar Bouffier.
Una joya de la literatura, de esas en piedras en bruto, que no es necesario pulir ni ornamentar para que desprendan luz y magnificencia.
Nos vemos amigas lectoras y mucha suerte con el Señor Dickens!
Abrazos

Daniela dijo...

Hoy no hay ganas de buscar semillas, de limpiarlas, de seleccionarlas. No hay ganas de cavar y de coger agua para sembrar la semilla. Hoy da igual si el bosque crece o desaparece. No importa. Pero no es el bosque quien no importa si no aquel que ve el bosque y con su visión hace que sea.
Es el hombre quien se ha perdido. El bosque encontrará su camino.

Teresa dijo...

Estoy de acuerdo contigo. Hemos perdido el camino y no será fácil volver a la senda.
Este libro habla de muchas cosas pero una de las que habla y me gustó mucho es del silencio. El silencio al final de la vida del protagonista. Vivimos en un mundo lleno de palabras, o mejor dicho, de palabrería. El protagonista sabe que para hacer su tarea, aquello que se había propuesto, lo que llenaba su vida no era necesario convencer nadie, ni hablar con nadie, sólo hacerlo y hacerlo en silencio. Esta historia es la de un hombre que se encuentra a sí mismo y lo hace en la naturaleza que, realmente, es el único sitio dónde podemos encontrarnos.

Daniela dijo...

Al final la madre naturaleza acoge al hijo/a que ha encontrado el camino, como si fuese una muerte anticipada. Una muerte al humano fácil y liviano, al superficial y ególatra que necesariamente tiene que morir para que nazca un nuevo hombre o una nueva mujer.
Y el silencio Teresa es un buen camino al conocimiento y al encuentro con ese nuevo hombre-mujer, pero ¡cuidado! que el silencio de los buenos es el chillido, el bramido, el griterío indescifrable de los malos y lamentablemente es el que hoy se escucha.

Teresa dijo...

Y que lo digas Daniela. El griterio de los malos, de los envidiosos, de los que no respetan nada ni a nadie. La oscuridad se cierne sobre nuestras cabezas. Nunca he creido demasiado en la humanidad y ahora menos que nunca. La humanidad solo ha causado muerte, destrucción y sufrimiento.

Daniela dijo...
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Frase del mes

Alguna vez a lo largo de la vida, quizá ya de mayores, rebuscando en la despensa, un aroma regresa a nosotros y entonces reverdecen los recuerdos de aquel tiempo primitivo. La melodía que hace llorar a la anciana. El dolor que nos une. Quién ha perdido un hijo los ha perdido a todos.
Jesús Carrasco " La tierra que pisamos"